2411. How about Their Feelings, eh?
We teachers tend
to educate our pupils concerning knowledge, its performance, its practice, but
often we forget to educate our students regarding feelings and sentiments.
Partially
I agree with this trend, because home and family are the protagonists of this
part of the education.
Nonetheless, we teachers, if we can count on individual
tutoring sessions, could educate those kids, always with the strong background
of the whole person and true love.
And better boys would have these tutorials
with male teachers, and girls with female teachers, because in these
conversations we reach confidence and trust. / Photo from: Old_Federal_Building_and_Post_Office,_Cleveland
commons wikimedia org. the photo is just for illustration sake
Comments
Además, con tiempo ahora, te echo un fervorín...
Cuando tú y yo trabajábamos juntos quise hacer una experiencia en 3º de BUP: recuerdo quiénes componían el grupo. Cogimos un libro de C. S. Lewis que, por aquel entonces, estaba agotado ni había películas de sus obras… y estuvimos leyendo la novela desde el punto de vista de los sentimientos…
La primera dificultad consistía en distinguir perfectamente lo que era una emoción de un sentimiento, siendo este una emoción racionalizada (por ellos los animales no racionales no pueden tenerlos, ¡qué le vamos a hacer!). Trabajamos las dos obras que por aquel entonces publicó José Antonio Marina donde se definían y relacionaban todos los sentimientos que se pueden nombrar en español, ¡porque este es el primer problema!: hay que saber nombrar lo que sentimos (las chicas, está comprobado y la comprobación es sólida, tienen un vocabulario más amplio que el de los chicos: conozco las razones, pero nos llevarían muy lejos ahora). Con la supuesta claridad de qué son los sentimientos y cuáles, nos lanzamos a una investigación muy lenta que fue eficiente, pero nada eficaz: no la culminamos en un trimestre entre todos… los alumnos y el profesor, servidor.
La idea era nombrar el sentimiento, definirlo y hacerlo explícito en alguna escena de la obra de Lewis (tampoco me extiendo en por qué elegí este autor). De este modo podríamos elaborar una especie de manual que nos ayudara a discriminar y poder conocer mejor, por vía de modelos, qué sentimos y qué sienten los demás. Así podríamos ayudarnos y ayudarlos…
De unos años a esta parte he hecho tutorías personalizadas con chicas. Cierto que no es lo mismo que con chicos, pero tampoco todos los chicos somos lo mismo y ni podemos hacer cierta la canción del pobre de Fernando Esteso: Los chicos con los chicos y las chicas… El mundo es mixto. Todos estamos llamados a servir a todos. No todos los ginecólogos, por ejemplo, son ginecólogas ni todas las traumatólogas son traumatólogos. Otro debate bien distinto es si es mejor la coeducación o la educación por sexos, pero ese es otro jardín, que rima como fervorín…
Un saludo.